El colmenar a través de las estaciones
La colmena en invierno
Desde diciembre hasta principios de febrero, la colonia vive en su colmena. En invierno, la energía de las abejas se gasta en alimentarse para mantener caliente la colonia. En diciembre, no molestes a la colonia bajo ningún concepto, ya que disociarás la agrupación y la colonia tendrá dificultades para volver a su temperatura ideal. Si no hay actividad en la tabla de vuelo, es normal. Aprovecha este periodo para comprobar el estado de tus colmenas, y ver si han sido atacadas por martas o tejones. Limpia la maleza alrededor de tu colmenar. En la mielera, comprueba tu equipo de apicultura y funde las ceras de los capuchones.
La colmena en primavera
La vegetación empieza a crecer de nuevo y la naturaleza se despierta. Las primeras flores polinizadoras o productoras de néctar atraen a las abejas (dependiendo de la región y teniendo en cuenta las variaciones climáticas). La abeja reina vuelve a poner huevos y las abejas de verano sustituyen a las más viejas.
Las temperaturas están subiendo, los días son más largos y podemos esperar un sol cálido. La flora se está desarrollando y las abejas empiezan a salir lentamente. La colonia necesita mucha miel y polen. La colonia recurre a sus reservas y aprovecha las flores disponibles en la naturaleza.
La visita de primavera ya está abierta. Ten cuidado, sin embargo, con los días fríos que aún son posibles en esta época del año. Comprueba que la colonia dispone de los recursos de miel que necesita para prosperar (unos buenos diez kilos de miel). Si la colmena está escasa de suministros, compleméntala con miel, caramelos o jarabe.
Cuando abras la colmena, observa atentamente a las abejas. Si hueles algo desagradable, busca trapos. El estado de la cría puede darte alguna indicación. Si tienes dudas, ponte en contacto con un apicultor más experimentado, que podrá ayudarte y aconsejarte. Realiza tratamientos antivarroa. Una colonia en perfecto estado de salud es activa y dinámica. Marzo es también la época de puesta de huevos. Si la puesta de huevos parece insuficiente (menos de dos cuadros), es posible que la colmena esté escasa de provisiones, por lo que necesitas alimentarla para potenciar la puesta de huevos. Si la colmena está zumbando, hay que dividirla y unirla a otra.
En abril, la colonia se desarrolla, se amplía la puesta de huevos, aumenta la población y puede producirse el riesgo de enjambrazón. Las abejas encuentran los recursos que necesitan para mantener la colonia y almacenan polen y miel. En las zonas con gran densidad de colza, recuerda bajar las alzas para poder extraer la miel. La miel de colza cristaliza fácilmente.
En mayo, los días son más largos y las abejas pueden emprender pronto el vuelo hacia los cultivos de miel. La colza está en flor, la colonia rebosa de abejas, miles de abejitas listas para nacer llenan de cría los marcos del cuerpo de la colmena. La población aumenta, y con ella el riesgo de enjambrazón. Las afanosas recolectoras almacenan polen y néctar en abundancia. Las colmenas están en plena actividad, lo que significa que es posible realizar intervenciones y visitas.
La colmena en verano
La colonia tiene una gran población, la cría se extiende por los cuadros y se reduce el espacio en la colmena. La colonia necesita ventilarse, para airear la colmena. Al anochecer, fuera de la colmena, pueden verse racimos de abejas en la entrada de las colmenas, abriéndose paso poco a poco hacia el interior. La colonia necesita agua y las abejas obreras están ocupadas. Durante una visita, comprueba el estado de las alzas; si el flujo de miel es alto, añade más alzas según sea necesario. En agosto, la población disminuye gradualmente, ya que la reina ha reducido su puesta de huevos, y cuando la temporada de floración llega a su fin, es el momento de recolectar la miel.
La colmena en otoño
En septiembre, la colonia empieza a prepararse para invernar. Se pide a las últimas abejas falsas que se marchen. La reina, estimulada por el suministro de polen fresco, empieza a poner huevos de nuevo. Las abejas de verano morirán y serán sustituidas por abejas de invierno. Durante la visita de otoño, comprueba la salud de las colmenas y aplica el tratamiento antivarroa en cuanto se recoja la última miel. Tu colonia debe tener reservas suficientes para pasar el invierno (entre 14 kg y 19 kg de miel). Si tus colmenas tienen pocas reservas, piensa en rellenarlas con miel, jarabe de pienso o caramelos.